Tratando con palabras de escapar a la realidad...
pero hay libros que son cárceles que jamás se abrirán,
los ojos lagrimean ante sentimientos guardadosal cerrar puertas que solo contienen dolor.
Un reloj que no da la hora ya...
el tiempo lo ha vencido con herrumbres del corazón,
un tango que llora desde el roce de la púa contra el disco...
la nostalgia abusa de su poder en una noche de verano.
En una tierra que no es la mía...
la morriña suele aparecer cuando menos la espero,
se sienta junto a mi, pasa su brazo sobre mi hombro
y con sonrisa burlona me incita a escribir.
Y con aires del puerto de la reina del Plata
que flotan entre fallas valencianas,
me desnudan, dejando libre mis sentimientos,
hordas de fantasmas y alegorías que juegan con mi piel.
Me reclaman que plasme mis emociones en un papel color pureza
y entre desmayos de agotamiento...
y éxtasis de remembranzas adquiridas...
afloran ellas... que hacen el amor a medida que los vocablos aparecen.
Son solo ellas las que describen parte de mi vida,
parte de mis sueños y fantasías...
las que me ayudan a despertar una pequeña estrella,
escondida en un corazón español.
Raúl Bulacio
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